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¿Quién inventó los coches eléctricos?

El coche eléctrico es la tendencia actual en el sector del automóvil, día a día va ganando más fuerza. Pero, ¿sabías que el coche eléctrico tiene una larga historia? Incluso, puede ser que sea más antiguo que el motor de combustión interna.

Quién inventó el coche eléctrico

El honor se atribuye al escocés Robert Anderson, un hombre de negocios de quien se dice que inventó el primer vehículo eléctrico puro entre 1832 y 1839. Se trataba de un carruaje de caballos, al que se le adaptó un motor eléctrico.

Por otra parte, hay datos que demuestran que el húngaro Ányos Jedlik creó un prototipo casi una década antes en 1828 y otros que verifican que en 1834 Thomas Davenport, un herrero americano creó un artilugio que se podría considerar también un vehículo eléctrico.

Sobre esa misma época, el profesor holandés Sibrandus Stratingh diseñó y construyó con la ayuda de su asistente Christopher Becker vehículos eléctricos a escala reducida en 1835.

Después podríamos analizar sobre quién fue el primero que los produjo en serie o quién inventó el primer coche eléctrico realmente práctico o que alcanzara velocidades decentes.

Lo que sí importa es que hubo una clara revolución, que hubo una generación innovadora de diversos países y trataron de fomentar la movilidad eléctrica.

Cabe añadir que estamos utilizando el término vehículo eléctrico. Un vehículo puede ser una bicicleta, un coche, un tren o un barco. Hay un sinfín de creadores que en esta época de innovación que desarrollaron motores eléctricos. El metro de Londres fue el primero del mundo y se inauguró en 1863 electrificando la mayoría de sus líneas en 1903. Casi 120 años desde entonces.

Se dice que, propiamente hablando, el primer coche eléctrico fue desarrollado por el americano William Morrison en 1890. Se trataba de un vagón de seis plazas que llegaba a alcanzar algo más 20 km por hora. Medio siglo después de que el glorificado Robert Anderson crease el primer vehículo eléctrico, que algunos categorizan como coche y otros como vehículo.

Es aquí donde podríamos entrar en un debate que se balancea entre la etimología y la ingeniería.

Pero, ¿quién inventó el primer coche eléctrico? Una de las teorías ubican a Robert Anderson como uno de los creadores, ya que su invento transportaba un grupo reducido de personas para un uso digamos particular o doméstico, salvaguardando las citadas fechas imprecisas de creación.

El primer bólido eléctrico

El momento para la historia del coche eléctrico que sí quedó registrado llegó con La Jamais Contente justo antes de entrar en el siglo XX. El 29 de abril de 1899, justo antes del comienzo del dominio de los motores de combustión interna, este bólido en forma de bala fue un elemento innovador en la aerodinámica de los automóviles eléctricos y pionero de la ruptura de la barrera de los 100 km/h con el piloto belga Camille Jenatzy al volante alcanzando una velocidad máxima de 105,88 km/h. No hay registros del creador del coche.

La era dorada de los primeros coches eléctricos

Por las limitaciones tecnológicas y la falta de tecnología eléctrica a principios de siglo XX, la velocidad máxima de los primeros vehículos eléctricos se limitaba a unos 32 km/h.

A pesar de esta velocidad reducida, los vehículos eléctricos tenían ciertas ventajas sobre sus competidores de combustión interna que poco a poco, iban mejorando su tecnología.

Los coches eléctricos se popularizaron como los coches de ciudad, donde su limitada autonomía no resultaba ser una desventaja. Por otra parte, se solían vender como coches para mujeres por su facilidad de manejo, lo que en cierto modo los estigmatizó. No vibraban al circular, no hacían ruido ni apestaban a gasolina.

Tampoco requerían un esfuerzo físico para iniciar el funcionamiento del motor, como los coches de gasolina que precisaban de girar una manivela para ponerlos en marcha. Algunas empresas llegaron a colocar radiadores en la parte delantera para disfrazar el sistema de propulsión del vehículo.

A comienzos del siglo XX, el 40% de los automóviles eran de vapor, el 38% eran eléctricos, y el 22% de gasolina. En Estados Unidos se llegaron a registrar 33.842 coches eléctricos llegando a ser el país donde los coches eléctricos habían ganado la mayoría de aceptación.

Gran parte de los primeros vehículos eléctricos eran carruajes grandes muy adornados, con interiores de lujo y complementados con materiales nobles. Se diseñaban para la alta sociedad que los popularizó porque era el coche idóneo para un transporte refinado y sofisticado.

Pero los vehículos de combustión también se desarrollaron mucho y eran cada vez más fácil y agradables de conducir, a lo que hay que añadir la invención del silenciador Hiram Percy Maxim en 1897 reduciendo el ruido y gracias a la invención del motor de arranque eléctrico por Charles Kettering en 1912, que eliminó la necesidad de girar la manivela para arrancar el motor.

Si a todo esto añadimos el interés por el petróleo que redujo drásticamente el precio del automóvil mediante la producción en masa, todo esto tuvo como consecuencia que los coches eléctricos comenzaron a verse como caros y en ocasiones desfasados.

El primer coche eléctrico español

Y esa fiebre por innovar y poder desplazarse a través de la electricidad llegó también a España.
Debemos trasladarnos a inicios del siglo XX, tras una visita a la Exposición Internacional de la Electricidad, Emilio de la Cuadra se interesó por los motores eléctricos tras presenciar las carreras celebradas en el circuito París-Burdeos-París en 1895.

El empresario e ingeniero militar valenciano Emilio de la Cuadra diseña funda en 1898 en Barcelona la Compañía General Española de Coches Automóviles y construye varios prototipos de vehículos eléctricos bajo el nombre de La Cuadra.

En 1899 construyó el primer coche eléctrico español, con cuatro ruedas pero con una pobre autonomía de tan solo 4 o 5 km. Este se puede considerar el primer automóvil eléctrico español.

La empresa, que no pretendía construir automóviles con motor de combustión interna, sino con motor eléctrico, lamentablemente cerró en 1901.

Otro interesante caso de coches eléctricos en España es el del DAR.

Tras la Segunda Guerra Mundial, se dice que debido a las restricciones de gasolina, el ingeniero industrial Francisco Domínguez-Adame Romero diseñó en una sola noche un coche eléctrico que fabricó artesanalmente. Lo bautizó como DAR –el acrónimo de sus apellidos- lo homologó, lo matriculó en 1946 y lo usó durante 12 años hasta que lo cambió por un 600 cuando las circunstancias se volvieron más más idóneas para los coches de gasolina.

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